La crianza de los hijos requiere tener en consideración varios aspectos importantes que responden a la realidad cotidiana, a los modales, a los ideales, a la forma de vincularse con el mundo y a la educación. La herramienta principal a la que hay que cuidar y "hacer crecer" es la comunicación abierta.
Desde el momento de la concepción, los bebés tienen la capacidad de comprensión, de ahí que la idea de que un bebe o niño pequeño no entiende es un mito. Debemos de comenzar a mirarlos y entender que tanto los bebes como los niños pequeños son seres sabios pero en un cuerpo inmaduro. Por tanto la comunicación es la primera necesidad básica , que ayuda a ir construyendo las bases para un mejor contacto y relacion con el mundo que los rodea.
Una de las ventajas es que los niños, desde pequeños, aprenden a desarrollar su razonamientos ante los acontecimientos que la vida les presenta, en lugar de repetir lo que dice el papá o la mamá, por ello responder a sus preguntas y decirles por qué hemos dicho determinada cosa es una buena forma de hacerlo.
Además, mantener canales de comunicación abierta ayuda a evitar la formación de mentes prejuiciosas y rígidas. Esto permite que el niño tenga un espacio para participar activamente cuando entiende lo que le explican y de esta forma estará mejor dispuesto a recibir sugerencias.
Otro aspecto muy importante es poner límites, pero a veces no es tan fácil hacerlo. Hay que pensarlo, plantearlo, mantenerlo y respetar lo que se haya dicho, porque nunca es buena idea establecer reglas que no se van a cumplir. Deben ir de la mano de la disciplina, como por ejemplo, primero estudiar y luego divertirse.
Reforzar con actitudes y con palabras el amor de la familia hacia el niño: Los padres, como pareja, deben evitar descalificaciones mutuas delante de los niños, prestar atención si la criatura llora con mucha frecuencia y si cuenta con una buena salud.
Como padres, se debe tener una mente flexible durante la infancia de los hijos ya que algunos niños se cierran y no hablan cuando hay excesiva rigidez.
Hay que enseñarles que hay otros modos de expresar el malestar que sienten no permitirle abusos de gritos, manifestaciones de violencia, malos tratos a padres, hermanos o compañeros.
Evitar tratar de compensar el poco tiempo que los ven con regalos y/o concesiones a los límites previamente establecidos.
Mostrar ejemplo y tener conciencia de que como padres, los niños aprenden un determinado modelo de conducta, copian y si se da una situación agresiva y lo más probable es que el niño aprenda que la comunicación también implica violencia verbal.
Cuando los niños tienen un comportamiento incorrecto, se recomienda hablar antes de sancionar y transmitir por qué los padres están disgustados. La firmeza en las explicaciones es importante ya que les transmite seguridad para el futuro a los hijos.