La adicción a las nuevas tecnologías, junto con la adicción al amor, suponen dos fenómenos importantes en el siglo XXI. A pesar de que no exista una sustancia, la persona que la presenta puede llegar a experimentar los mismos síntomas que si de la adicción fuese a una sustancia.
En los últimos años con la aparición de las redes sociales y los nuevos dispositivos móviles, así como la popularización de Internet, la forma de comunicarse ha cambiado, creando nuevas necesidades que, en muchos casos, rozan ya la adicción.
Cada vez más aparecen personas sufre fomo, tiene whatsappitis, se ve afectado por Nomofobia, phubbing o vibranxiety, o son están enganchados a las redes sociales. Son fenómenos de este siglo.
Si para los adultos estar enganchado a Internet es peligroso, esto adquiere mayor relevancia cuando hablamos de menores, ya que los límites aún no están establecidos, por lo que les cuesta más regular su conducta. En muchas ocasiones pueden llegar a sufrir ansiedad o irritabilidad e incluso problemas para dormir, debido a una sobreestimulación del sistema nervioso, entre otros.
A la larga, esta situación puede terminar provocando en el niño un aislamiento con sus coetáneos, así como un retraso en el desarrollo de sus habilidades sociales, "además se pueden crear malos hábitos a la hora de dormir", alerta. Para evitarlo, es fundamental el control de los padres, saber para qué utilizan estos medios y fijar unos horarios para su uso, ayudando a los niños y adolescentes a regular su conducta e impedir que interfiera en otros aspectos de su vida.
Algunos términos utilizados por los profesionales:
1. Una de los nuevos trastornos del que últimamente más están alertando los psicólogos es el FOMO (Fear of Missing Out) o la obsesión por perderse algo de lo que está sucediendo en la red. La personas que lo sufren siente miedo o temor a estar desconectado de su vida virtual, lo que le lleva a tener ansiedad y la idea recurrente de estar perdiéndose algo. Entre los síntomas de alarma: sentirse desplazado o con ansiedad en caso de olvidarse el smartphone en casa; comprobar Facebook cada cierto tiempo; no pasar más de cinco minutos desde que se encuentra un aviso de actividad y se revisa; no poder salir de vacaciones sin asegurarse de que va a haber wifi en el lugar de destino; o pensar que no recibir "me gustas" es un síntoma de que algo no va bien con las amistades. Asimismo, debe preocupar tener una vida social virtual más rica que en persona; pasar más horas navegando por redes sociales, buscando reforzadores y viendo los eventos externos que hablando con familiares y amigos; o mirar las alertas nada más levantarse y lo último antes de acostarse.
2. La 'whatsappitis' o ser adictos al Whatsapp
Otra de las nuevas adicciones tiene que ver con el Whatsapp, los médicos ya alertan de casos de personas con dolor en las falanges y muñecas (tendinitis) por un uso abusivo de esta app; dolencia que ya se ha bautizado con el nombre de 'whatsapitis'. Para evitarlo, los médicos aconsejan un uso responsable, una escritura más relajada y corregir la postura mientras escribimos.
"Sufrir ansiedad por olvidar el móvil en casa y no estar 'conectado', pasar varias horas conectado a whatsapp, evitar el contacto personal, referir siempre a whatsapp sea cual sea el contenido de la conversación y escuchar las alertas de whatsapp sin que se haya recibido ningún mensaje son claros signos de lo que recientemente se acuña con el término whatsapitis.
3. Nomofobia o ansiedad por la ausencia de movil
En este caso, el trastorno se refiere al cuadro clínico que se produce cuando una persona siente ansiedad o angustia ante la ausencia de teléfono móvil, es decir, al olvido, pérdida o sustracción de este. De la misma forma se produce nomofobia cuando nos sentimos excluidos del grupo en el caso de no estar conectados mediante nuestros dispositivos.
4. Phubbing o utilización enfermiza del smartphone
Cada vez es más común ver a personas sentadas en la misma mesa a comer y sólo hacer caso al móvil, aquí se podría decir que sufren Phubbing. Esta adicción se refiere a aquellas situaciones sociales donde el protagonista no son ni las reuniones ni la compañía humana, sino la utilización cuasi enfermiza de comunicarse mediante smartphones.
5. Vibranxiaety o vibración fantasma
¿Alguna vez has ido corriendo a ver tu smartphone cuando has oído una alerta y resulta que no había nada? ¿Alguna vez has creído que el móvil vibraba, comprobando después que no lo hacía?, para referirse a la obsesión o dependencia por el sonido o vibración del móvil. Estos son los efectos colaterales de una obsesión que nos conectan inmediatamente con la sensación de llamada.
6. Enganchados a las redes sociales
El uso de las redes sociales también puede traer consigo consecuencias nefastas si no se les da el uso adecuado, incluso pueden crear adicciones importantes. Las redes sociales son una gran adición ya para muchas personas.
Cuando utilizamos redes sociales de manera saludable no tendrían por qué crear aislamiento social si no lo hay previamente, de hecho, bien utilizadas fomentan el acercamiento a tus amigos e incluso creación de nuevos. Cuando el uso de las redes suple la faceta y el contacto social se pone de manifiesto un problema previo.
INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA
Es vital programar estrategias preventivas tanto en la familia como en la escuela sobre basándose en los factores de riesgo y en las características demográficas de los sujetos.
El objetivo de una intervención para esta adicción, a diferencia de otras adicciones, debe ser el uso controlado, ya que resulta imposible evitar por completo la exposición tanto a internet como a otras nuevas tecnologías. De manera que, nuestro objetivo realista sería hacer un uso más adaptativo de estas.
Igualmente para la intervención, desde se debería tener en cuenta:
En definitiva, estas adicciones están contextualizadas en un ambiente y unas circunstancias particulares de la persona por ello la familia debe implicarse en el proceso de recuperación prestándoles apoyo y validando su sufrimiento. Sin buscar culpables ni promover que se vigile al adicto.