La importancia de las tareas encomendadas por la Psicóloga: Los Autorregistros

05-07-2018

Cuando una persona acude a psicoterapia hay que definir cuáles van a ser las metas y objetivos a lograr durante las sesiones. Para ello, resulta fundamental la implicación de la persona, no sólo durante las consultas sino entre ellas.

 

 

El psicólogo plantea a su cliente ejercicios, estrategias y tareas para realizar fuera de consulta para gestionar conflictos, para expresar bien las necesidades, para gestionar sensaciones incómodas, para hacer frente a la impaciencia, al exceso de autoexigencia etc. Suelen ser ejercicios que cuanto más se repiten más ayudan a la personas a interiorizar otras maneras de resolver situaciones y problemas.

 

Desde la perspectiva de la orientación cognitivo-conductual, la psicoterapia no consiste en llegar a consulta y “dejarte hacer”. Se requiere una actitud activa y de implicación por parte de quien acude a terapia, no se trata de tener una charla y recibir un consejo.  Las Tareas Entre Sesiones permiten:

» Conocer los avances que se realizan y los obstáculos que aparecen, para poder superarlos

» Mejorar la capacidad de autoconocimiento al ser más consciente de cómo se piensa, siente y actúa en determinadas situaciones

» Reforzar lo que se trabaja en las sesiones y generalizarlo, para que los resultados se obtengan con mayor rapidez y se puedan mantener a largo plazo

» Trasladar lo trabajado en el contexto de la terapia al contexto cotidiano de la persona, pues hay situaciones en que es más útil, o incluso imprescindible, aplicar lo aprendido en situaciones externas a consulta

» Obtener el máximo beneficio de la psicoterapia y poder acortar el número de sesiones

» Aumentar la responsabilidad, autoconfianza y percepción de control al comprobar que es posible avanzar progresivamente hacia los objetivos marcados, y cada vez con mayor independencia

 

Si la psicoterapia funciona es gracias a un trabajo en equipo entre el o la psicóloga y quien acude a terapia. Cada uno/a es responsable de su parte del camino

 

Las tareas para casa son una parte fundamental ya que con ellas se trabaja para que los cambios cognitivo-conductuales conseguidos durante la sesión, se interioricen y estabilicen hasta llegar a la siguiente sesión, consiguiendo que el paciente adquiera mayor autonomía respecto de su psicólogo. Las tareas se dan en cada sesión, al final, y con una dificultad progresiva. Al principio serán relativamente fáciles y rápidas de hacer y, al aproximarse hacia el final, requerirán de un mayor proceso reflexivo.

 

Existen diferentes tipos de tareas dependiendo de los objetivos marcados para el problema al que se está pretende dar solución:

 

1) AUTORREGISTROS: Una de las herramientas que los psicólogos trabajamos en consulta tiene que ver con los registros que pedimos a los pacientes que realicen a lo largo de la semana (autorregistros). Si bien esta tarea puede resultar a veces tediosa nos va a permitir dar sentido al proceso terapéutico en tanto en cuanto la persona vaya notando cambios en sus comportamientos.

 

2)  LECTURAS: BIBLIOTERAPIA. Es importante que el paciente no sólo lea libros que le hayamos recomendado sino que, también, anote todo aquello con lo que está en acuerdo o desacuerdo o sobre lo que tiene dudas y necesita preguntar.

 

3)  TÉCNICAS DE RESPIRACIÓN Y RELAJACIÓN: que hemos trabajado en la sesión y que se pueden practicar en distintas situaciones, llenar gráficos acerca de los niveles de relajación o de la dificultad para respirar en dichas situaciones.

 

4  TÉCNICAS ASERTIVAS prendidas en la sesión, por ejemplo, a través del role-playing y que se pueden usar para afrontar determinadas situaciones de comunicación personal que nos resultan dificultosas.

 

5. TAREAS ADICIONALES: Son tareas que sólo sirven para algunas sesiones en concreto, por ejemplo, para aumentar o profundizar en la lista de objetivos de su terapia, para realizar un listado de pensamientos negativos… De manera que se pueda aplicar, por ejemplo, reestructuración cognitiva de los pensamientos que figuran en dicho listado.

 

Al llegar al final de la terapia, es importante que las tareas para casa se centren en la psicoeducación sobre los signos de alarma y puede ser interesante que el paciente revise todas sus tareas anteriores y aprenda a reaccionar a las dificultades.

 

**MÁS SOBRE LOS AUTORREGISTROS: Cuando hablamos de registrar estamos hablando primero de observar aquello que queremos que aumente o disminuya, posteriormente anotar cuantas veces ocurre a lo largo del día o de la semana, y finalmente analizar y trabajar con aquello que ha ocurrido.

 

Esto quiere decir que cuando llevamos a cabo un registro nos estamos haciendo conscientes de nuestras conductas o nuestros pensamientos, estamos dejando de actuar de modo impulsivo, apagando en ocasiones el piloto automático con el que funcionamos a lo largo del día.

 

Los autorregistros son una herramienta muy flexible que podemos utilizar de manera muy amplia en diferenes situaciones y con diferentes objetivos, ya que van a variar en función de la conducta o pensamiento objetivo que queramos evaluar y los parámetros elegidos para medirla. Se emplea sobre todo en los siguientes casos:

  • Podemos utilizar autorregistros cuando estemos tratando de eliminar un hábito o conducta negativa, ya que nos va a permitir saber cuándo se produce ese hábito o conducta, qué es lo que lo dispara, el nivel de malestar que se produce y las consecuencias que ha tenido en cada ocasión.
  • Otro momento para utilizar autorregistros va a ser en los momentos en los que estemos trabajando la reestructuración de pensamientos. Sobre todo, hablamos de pensamientos negativos recurrentes y normalmente totalmente injustificados que alteran nuestra percepción de la realidad. El objetivo será detectarlos, ver que emoción está asociada con ellos, que conducta llevamos a cabo, ver si se trata de un error o distorsión cognitiva, y a partir de ahí, generar pensamientos alternativos.
  • Otro de los autorregistros más importantes que se realizan en terapia tiene el objetivo de fijarnos en lo positivo de nuestro día a día. Llevar un diario de lo bueno que sucede a nuestro alrededor nos va a permitir fijar el foco de atención en emociones agradables que a veces pasan desapercibidas en nuestras vidas o que asumimos como normales. Este ejercicio de atención nos ayuda a estar más positivos, que nuestro estado de ánimo aumente.

Si atribuimos al azar o a causas externas a nosotros, el hecho de sentirse bien o mal, nos convertiremos en sujetos pasivos que simplemente ven pasar la vida delante de sus ojos, y en cuya vida solo reinará la sorpresa, y la improvisación como formas de actuar y sentir. Si registramos lo que sucede, lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos al respecto estaremos entendiendo nuestro modo automático de actuar o sentir y podremos tomar control de la situación y, lo más importante, de nuestro comportamiento y emociones.

 

Al realizar el autorregistro podremos analizar de qué situación inicial partimos, qué nos pasa por la cabeza ante esa situación, qué sentimientos nos provoca ese pensamiento y cuál es la consecuencia (o conducta) que aparece después de ese sentir/pensar. A raíz de esto podremos tomar medidas

 

En definitiva, para poder conocernos y entender por qué actuamos como actuamos y por qué nos sentimos más tristes o ansiosos necesitamos realizar una actividad muy importante: el autorregistro.