Con frecuencia, los problemas de pareja aumentan cuando nace el primer hijo. ¿A qué se debe esto? ¿Es irreversible? ¿qué podemos hacer? Son preguntas que muchas veces nos hacemos cuando estamos en esta situación.
Muchos expertos en psicología coinciden en afirmar que, con la llegada del primer hijo, muchas parejas se desestabilizan. Se trata de algo más frecuente de lo que parece, que ocurre, incluso, a aquellas parejas que han luchado mucho para tener un hijo.
El cansancio, la novedad de la situación, la presión que sentimos en nuestros nuevos roles y la falta de tiempo para dedicarle al otro son algunas claves para entender este proceso de crisis.
Uno de los factores principales se debe al hecho de que el bebé pasa a ser el centro de todo, y los miembros de la pareja dejan de ser tan importantes el uno para el otro porque el niño se convierte en lo más importante. En consecuencia, la vinculación entre ambos miembros de la pareja se desdibuja porque el bebé pasa a ser la prioridad. El primer paso para hacer frente a la crisis y poder superarla es aceptar que se padece.
Un segundo motivo, suele ser la Exclusión del padre: Ocurre muy a menudo que sobre todo las mujeres suelan dedicar la mayor parte o casi todo el tiempo al bebé, por lo que se centran únicamente en sus necesidades y se olvidan de la pareja totalmente. Esto puede crear un fuerte distanciamiento con la pareja del cual muchas veces no se es consciente hasta que la crisis aparece.
Por otra parte, la disminución de las relaciones sexuales: Después del nacimiento del bebé, debido a la falta de tiempo y espacio ya que en muchas ocasiones la cuna se coloca en la habitación de los padres para atender en todo momento las necesidades de este, se vuelve muy complicado reanudar las relaciones sexuales, lo cual con el tiempo puede ir generando cierto grado de tensión y frustración en uno o ambos miembros de la pareja. La falta de pasión puede llegar a ser un problema muy grave si no se trata correctamente.
Tareas del hogar: Debido a que el bebé absorbe casi todo el tiempo de los padres, resulta en ocasiones bastante complicado llevar a cabo las tareas del hogar por lo que puede comenzar a haber un desorden en toda la casa. Por lo tanto si esto no se gestiona bien y no se reparten ambos las responsabilidades del hogar, esto puede comenzar a generar enfado y tensión en la pareja.
Qué hacer ante una crisis de pareja después del primer hijo.
En caso de haber llevado a cabo todo tipo de consejos para lograr superar esta situación, que sientan que ambos han puesto de su parte pero no pueden salir adelante o simplemente desde el principio les gustaría recibir la ayuda de un profesional para atravesar de una mejor manera este proceso, es recomendable asistir a terapia de pareja.
La terapia de pareja puede ayudar a comprender mejor de donde provienen exactamente los problemas que comienzan a generar la insatisfacción en la pareja y las discusiones constantes, hace más conscientes cada una de las causas o motivos que pueden o no estar afectando a favor o en contra de la relación, ayudando a organizar mejor la vida y rutinas, adaptar mejor los tiempos, e incluso corregir pautas y/o situaciones problemáticas anteriores al nacimiento del bebé, u otras nuevas que pudieran surgir y de las que tal vez, no se es totalmente consciente.