Hoy en día y cada vez con mayor frecuencia, una proporción considerable de la población ha acudido o acudirá alguna vez a los servicios de un psicólogo o psicóloga. Si bien antiguamente estaba mal visto y muchas personas se avergonzaban o eran señaladas por ello este estigma se ha reducido considerablemente con el paso de los años, haciendo que cada vez más personas se animen a recurrir a este tipo de servicio en caso de necesidad.
A pesar de ello sigue resultando un tipo de servicio que es visto como algo extraño y al que la mayoría de gente tiene cierta reticencia, al no conocerse exactamente cómo funciona o qué se va hacer. Uno de los momentos que generan más incertidumbre es el primer contacto con el profesional, a menudo no sabiendo exactamente qué se va a hacer o qué esperar que suceda.
¿Qué se hace en una primera sesión con un psicólogo?
En el primer contacto entre terapeuta y paciente, aún no sabemos nada el uno del otro, el cliente más allá de haber leído la web del centro o las opiniones respecto al profesional, y en el caso de terapeuta, que no tendrá ningún tipo de conocimiento respecto a su paciente.
En general, tenemos que tener en cuenta que los objetivos generales de la primera sesión van a ser entrar en contacto, conocer el caso en cuestión y generar una buena relación terapéutica o rapport.
Este último aspecto es esencial, dado que por lo general se van a tratar aspectos profundos de la psique. Con un nivel adecuado de confianza entre profesional y paciente se dará pie por parte del usuario a la expresión de miedos, dudas, emociones y pensamientos, resultando la relación productiva y facilitándose el éxito de la terapia. El rapport positivo o buena relación terapéutica se va a ir construyendo no solo durante esta sesión, sino a lo largo de diferentes sesiones.
Primer contacto con el paciente
Lo primero va a ser recibir al paciente, hacer que se siente y realizar las presentaciones pertinentes. Se trata de romper el hielo y generar un clima positivo y de confianza, para poco a poco explicarle qué se va a hacer a lo largo de la sesión.,dejando claro entre otras cosas, que toda la información que se proporcione va a ser absolutamente confidencial.
Anamnesis
Tras la presentación se va a proceder a realizar una entrevista con el fin de obtener información más relevante del caso en concreto, incluyendo el problema en cuestión que le ha hecho acudir, hábitos de de vida y sociales y historia y datos básicos del sujeto en la Historia Clínica.
Generalmente se empezará preguntando por el problema o demanda que tiene el sujeto, centrándose en la situación actual, así como que de él le ha hecho concretamente acudir aquí y ahora. Se preguntará también respecto a aspectos como cuando empezó el problema, a qué es asociado y los sentimientos que genera, o qué dificultades concretas genera en la vida del paciente.¡
El profesional escuchará lo que el paciente tenga que decirle, si bien puede pedir la clarificación de aspectos clave e irá asegurándose de entender y valorar qué es lo que se le está contando. La actitud del terapeuta va a ser de escucha activa, atendiendo a lo que el paciente quiere decirle, empática y cordial haciendo ver al paciente que no va a ser juzgado independientemente de lo que cuente, generando un clima de total confianza y aceptación.
Expectativas y fijación de objetivos generales
Valorada la situación, el profesional discutirá con el paciente las expectativas y objetivos que tiene el paciente con respecto a su motivo de consulta y al hecho de acudir a un profesional.
Es importante valorar este aspecto dado que los objetivos iniciales o incluso lo que se espera del profesional puede ser poco realista o incluso no valorar la superación real del problema sino de una dificultad concreta que genera. En base a toda la información adquirida, se negociarán los objetivos generales que se busca con la relación profesional y se establecerán los roles de cada uno.
Quizá pueda ser necesario emplear algún tipo de instrumento o test de cara a valorar en qué medida está presente un rasgo de personalidad, o evaluar la presencia de algún trastorno algún fenómeno, síntoma o dificultad y considerar su posible relevancia en el proceso de terapia.
Antes de acabar la sesión generalmente se produce una recapitulación de todo lo acontecido en ésta, con el fin de que el paciente se haga un esquema mental de lo ocurrido y hablado y valorar si el profesional ha entendido toda la información.
Además de ello, es posible que se haga un pequeño avance de lo que se plantea hacer para la próxima sesión. También y dependiendo del problema y del profesional, pueden llegar a establecerse algunas pautas psicoeducativas generales, a falta de un mayor profundización en el tema.