Tras acontecimientos trágicos, frustrantes o inesperados, como una ruptura de pareja, un abandono, una partida no deseada o la pérdida de un ser cercano y querido, aparecen en un primer momento en nosotros sentimientos de confusión, de miedo, de incertidumbre o incluso de ira y enfado.
Posteriormente, pasados unos días, una de las emociones que termina por instalarse es la de profunda tristeza, una emoción que causa un gran dolor y puede llegar a desbordarnos, desequilibrar nuestros hábitos y costumbres, y acabar afectando a áreas importantes de nuestras vidas como la salud, nuestras relaciones sociales o al trabajo, con consecuencias negativas y generando un mayor sufrimiento y malestar en nuestra persona.
Por este motivo, en casos de pérdida emocional o duelo importante, es necesario aprender a reconocer esta emoción de tristeza, comprenderla y reconducirla, con el objetivo de readaptarse a las circunstancias, restaurar el equilibrio previo a la pérdida y evitar que se prolongue, se agrave y acabe derivando en la aparición de un duelo complicado.
La duración del proceso de duelo es muy variable, pero podemos considerar de forma general que los dos primeros años suelen ser los más duros, aunque cada persona tiene su propio ritmo y necesita un tiempo distinto para la adaptación a su nueva situación.
Así por tanto el Duelo emocional es un proceso necesario de adaptación que nos permite restablecer nuestro equilibrio personal, prepara para vivir sin la presencia física de la persona y es fundamental para corregir correctamente el vínculo afectivo de forma que sea compatible con la realidad presente.
El proceso fluirá si le damos lo que necesita y se estancará y cronificará si no se lo damos, por tanto el reto principal estriba en saber identificar y reconocer qué es lo que necesita cada persona en cada momento.
Con la ayuda de un psicólogo y a través de la psicoterapia, te enseñaré a reconducir esta situación de una forma aceptable y tranquila, aprenderás a manejar las emociones y sentimientos que se suscitan de una forma más sosegada y adaptativa, podrás restablecer nuevas relaciones vinculantes, tomar tus propias decisiones y elegir cómo quieres continuar con tu vida.