Las terapias cognitivo-conductuales son orientaciones de la terapia cognitiva enfocadas en la vinculación del pensamiento y la conducta, y que recogen los aportes de distintas corrientes dentro de la psicología científica como aplicación clínica, de la psicología cognitiva y la psicología conductista. Suelen combinar técnicas de reestructuración cognitiva, de entrenamiento en relajación y otras estrategias de afrontamiento y de exposición. (Wikipedia)
Las presuposiciones de la TCC, sugieren que nuestros pensamientos y sentimientos juegan un papel crucial en la manera en cómo nosotros nos comportamos y actuamos. Este modelo acepta la tesis conductista de que la conducta humana es aprendida, pero este aprendizaje no consiste en un vínculo asociativo entre estímulos y respuestas sino en la formación de relaciones de significado personales, esquemas cognitivos o reglas.
Igualmente los aspectos cognitivos, afectivos y conductuales están interrelacionados, de modo que un cambio en uno de ellos afecta a los otros dos componentes. En esa relación mutua las estructuras de significado (esquemas cognitivos) tendrían un peso fundamental, pues ellas representan la organización idiosincrática que tiene cada persona sobre lo que significa su experiencia, los otros y el sí mismo.
La TCC es usada en primera instancia para ayudar a las personas a entender sus pensamientos, sentimientos y como estas influencian sus comportamientos. Durante el proceso terapéutico el clínico se vale de diversas estrategias que tienen por objeto la flexibilización y modificación de los esquemas disfuncionales y los pensamientos automáticos que se desprenden de éstos. Consiste en aplicar técnicas de cambio, fomentar habilidades de comunicación y patrones de lenguaje que pueden ser usados para generar un cambio positivo en un gran número de problemas personales, incluyendo ira, depresión, ansiedad, estrés y diferentes tipos de adicciones.
El proceso terapéutico está guiado por tres principios técnicos básicos:
La meta principal por tanto de la TCC es enseñar a las personas que, aunque ellos no son capaces de controlar todos los aspectos del mundo que los rodea, sí pueden tomar control absoluto de la manera en cómo ellos interpretan las experiencias a su alrededor, de tal manera que ellos mismos puedan manejarse mejor en cada situación.
La terapia cognitivo conductual (TCC), hoy en día es una de las formas de psicoterapia más populares y respetadas alrededor del mundo y la materialización de todo el potencial terapéutico requiere un profundo conocimiento de sus desarrollos tecnológicos y una amplia experiencia en su aplicación, para lograr establecer qué tipo de terapia o técnica, con qué tipo de problema y con qué tipo de procedimiento y entrenamiento concreto, puede conseguir los resultados terapéuticos más beneficiosos.